Lo bonito del béisbol

Para la historia, ayer Anthony Allen Lerew pitcher de los Navegantes del Magallanes con 106 pitcheos, 61 de ellos en strike, se lució dándole un verdadero banquete a los Leones del Caracas propinándole un no hit no run. El juego terminó 6-0, y Los Leones sólo pudieron colocar cuatro hombres en base, todos por boletos.

Se preguntaran ¿Por qué siendo 100% caraquista estoy abordando el tema? Sencillo ante todo soy fiel amante y seguidora del béisbol, enamorada de los números, las estadísticas, jugadas y jugadores que hacen historia, que marcan pauta, y, que en muchos casos logran cambios. El béisbol tiene muchas cosas hermosas, que van más allá de ganar o perder un partido, una serie o un campeonato. Para mi es pasión, es un sentimiento, una emoción que se lleva por delante cualquier blanqueo al Caracas, que Castillo no le dé un palo a nadie, que Guzmán esté de segundo o cuarto bate, que los compoticas jueguen mejor que Eduardo Pérez, que Abreu siempre diga que esta año si va a jugar en Venezuela y yo me quede ilusionada, el béisbol definitivamente es más que eso.

Precisamente por eso me emociona de gran forma el espectáculo que Lerew nos regaló ayer, algo que ya casi no se está viendo, el blanqueo, que un mismo pitcher lance los nueve actos, demostró que todavía hay lanzadores de calidad, y nos permitió ver el 16to juego sin hits ni carreras en la LVBP, teniendo en cuenta que la última vez que se había dado un no hit no run fue en la temporada 2002-2003, y la última vez que el Caracas había recibido uno fue en 1971 por Los Tiburones de la Guaira.

Esto es lo bonito del béisbol, su historia, sus logros y hazañas, y más bonito es saber que siempre se tiene una oportunidad para la revancha. Mañana los eternos rivales se verán nuevamente las caras, en esta oportunidad será en Caracas, no sé si ganaremos, o si veremos otra blanqueada, no puedo saber si Castillo sonará un Hr o si Guzmán lograra una buena jugada en los jardines, de lo que si estoy segura es que disfrutaré de un buen béisbol, dónde nada es predecible, y donde hasta las jugadas del librito pueden cambiar.

Andry Chirinos
#TodoFluye